Origen y utilidad
Su nombre deriva de un barco utilizado en la Edad Media en el oeste de Europa, la carraca, actualmente se utiliza muy poco en náutica.
Resulta un nudo muy estable, no se desliza y es una forma segura de unir dos cabos de diferente tipo o material. Puede utilizarse con cabos muy gruesos como estachas o calabrotes y en escalada se utiliza para atar cuerdas pesadas. En su forma plana puede utilizarse para asegurar bandas o cinturones y es el favorito de los diseñadores gráficos.
Cuando se aprieta, muestra un aspecto completamente distinto, no perdiendo resistencia con ello, pero lo hace menos aconsejable para los montañeros por su aspecto abultado, que puede dificultar su paso a través de un mosquetón, argolla o anilla de seguridad.